Crisis textil sin freno: un centenar de despidos en Mauro Sergio y advierten que el 70% de la ropa ya es importada
La fábrica de Mauro Sergio en Mar del Plata despidió a 150 operarios, un crudo reflejo de la crisis textil nacional. Gremios advierten que ya cerraron 68 pymes por el avance de las importaciones.
La industria textil argentina enfrenta una de sus peores crisis, arrinconada por una apertura de importaciones sin precedentes y una fuerte caída de la demanda interna. El panorama es desolador: más del 70% del consumo de ropa en el país ya se cubre con productos extranjeros, lo que se traduce en el cierre de fábricas y la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Este panorama nacional tiene un correlato directo y brutal en Mar del Plata. La emblemática fábrica de la marca Mauro Sergio despidió a 150 operarios y redujo su producción en un 20%.
Mundo Gremial MDQ detalló que la planta, un modelo de integración productiva, pasó de tener 350 trabajadores a poco más de 200, y los gremios alertan por despidos sin indemnización y renuncias forzadas por bajos salarios.
«Dejando en la calle a miles de trabajadores locales»
El secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOTRA), Hugo Benítez, denunció que se está beneficiando a productos chinos en detrimento del trabajo argentino: “Cuando se bajan aranceles a las importaciones, se está premiando a las fábricas extranjeras y dejando en la calle a miles de trabajadores locales».
La situación es crítica en todo el país. En lo que va del año, 68 pymes textiles cerraron, más de 4.000 empleos se perdieron y el uso de la capacidad instalada cayó al 40%. Un informe reciente de la Fundación ProTejer confirma que el primer trimestre de 2025 fue devastador: «Cinco de cada diez empresas registraron caídas de ventas interanuales».
«El daño puede ser estructural»
Desde la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), su titular, Camilo Kahale, advirtió que «el daño puede ser estructural si no se actúa ya”. Y explicó: “La apertura indiscriminada y la apreciación cambiaria están destruyendo nuestra capacidad de competir».
Los datos que arroja la entidad son alarmantes: solo entre enero y mayo, las compras de indumentaria al exterior crecieron un 136%, con importaciones textiles que aumentaron un 93%, muchas veces con precios de dumping.
La historia de Mauro Sergio es un reflejo del drama que atraviesa la industria nacional. Más allá de la marca, lo que se pone en juego es el entramado productivo y la posibilidad de un desarrollo que no dependa exclusivamente del exterior.
La pregunta que queda flotando es si el país puede sostener una soberanía industrial o si seguirá cediendo su tejido productivo a cambio de mercadería más barata, pero con un alto costo social.
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