Una expedición al cañón submarino de Mar del Plata y una inédita transmisión en vivo
Por Luciana Rosende
La campaña Talud Continental IV es una misión conjunta de científicos del Conicet con el Schmidt Ocean Institute para explorar una región poco conocida del Atlántico Sur. La ‘Batatita’ y otros hallazgos del robot submarino.
Un plan inesperado cautivó a más de mil personas desde la noche del domingo, en plenas vacaciones de invierno: a través de Youtube, siguieron en vivo la transmisión de una expedición submarina que recorre una zona poco explorada del Atlántico Sur, a la altura de Mar del Plata.
Una misión internacional, una embarcación con científicas y científicos argentinos a bordo, un robot de última tecnología y un viaje a miles de metros de profundidad para conocer la imponente biodiversidad y comprobar el alcance del impacto humano: hay basura mil metros bajo el agua del Mar Argentino.
La campaña Talud Continental IV es una misión conjunta del Centro Nacional Patagónico (CENPAT, dependiente del Conicet) con el Schmidt Ocean Institute para explorar el cañón submarino Mar del Plata, una región de alta biodiversidad y poco conocida. Viaja a bordo del buque de investigación Falkor y cuenta con ROV SuBastian, un vehículo operado remotamente capaz de capturar imágenes de alta resolución y recolectar muestras biológicas sin alterar los ecosistemas. Ciencia y tecnología que tornan posible el recorrido a 3900 metros de profundidad.
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La campaña está liderada por investigadores e investigadoras del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN–CONICET), y cuenta con la participación de especialistas de diversas instituciones de Ushuaia, Buenos Aires, La Plata, Córdoba y Mar del Plata.
Uno de los científicos argentinos que participa es Martín Brogger, doctor en Biología, investigador del Conicet en el Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar), en Puerto Madryn. “Esta misión es clave para conocer y conservar la biodiversidad marina profunda de Argentina. La información que generamos servirá para describir nuevas especies, identificar hábitats vulnerables, y fortalecer políticas de conservación a nivel nacional e internacional. También consolida el liderazgo del país en el estudio del océano profundo en el Atlántico Sur”, dice a Tiempo desde el buque que partió el 23 de julio y continúa la exploración hasta principios de agosto.
En vivo y en directo desde el Atlántico
“Por primera vez, estas exploraciones se transmiten en vivo por Youtube, permitiendo que cualquier persona pueda ver en tiempo real los ecosistemas de las profundidades del país, acompañando a los científicos durante sus descubrimientos”, destaca Brogger. La propuesta es inédita y el gran interés que generó causó sorpresa a bordo del Falkor.
La transmisión permitió seguir, por caso, la emoción del investigador Mariano Martínez al ver una Benthodytes violeta –o “Batatita”, como se la bautizó durante la travesía-, una especie que él mismo describió en 2014 a partir de material colectado durante una campaña en el Buque Oceanográfico Puerto Deseado, del Conicet. En esta misión, por primera vez, pudo ver a la especie viva y en su hábitat.
El hito lo compartió en X y lo celebró Soledad Leonardi, directora del Ibiomar. “Es un orgullo enorme que nuestros investigadores formen parte de una expedición tan importante –dice a este diario- No solo desde lo científico, sino considerando el impacto y la atención que está generando en la gente”.
“El domingo había más de mil personas conectadas en un video de Youtube viendo en vivo los invertebrados que habitan el fondo del mar a 2000 metros de profundidad. Esto cobra particular relevancia en este contexto en el cual la ciencia argentina está siendo tan maltratada, donde se pone en cuestionamiento la importancia de algunas investigaciones, sobre todo lo que hace a la ciencia básica”, resalta la referente de Ibiomar.
“Poder mostrar lo importante que es conocer nuestra biodiversidad, la labor que hacen nuestros investigadores e investigadoras, el aporte que implican estas investigaciones al conocimiento de nuestros recursos, a la soberanía, resulta fundamental. Muestra de ello es el interés que genera y cómo la gente se cautiva y se maravilla con todo lo que están mostrando”.
“Sin dudas llamó la atención –define Brogger, a bordo del buque- Desde el primer día de transmisión en vivo, cientos de personas comenzaron a seguir las inmersiones del robot submarino con mucho entusiasmo, incluyendo docentes, estudiantes, colegas científicos y público general. Para todos ellos, así como para nosotros, fue la primera vez que pudieron ver en tiempo real el fondo del mar argentino a más de mil metros de profundidad”.
“La transmisión en vivo –explica- fue pensada como una herramienta de divulgación científica, para abrir las puertas de esta expedición y compartir el conocimiento mientras se genera. Queremos que la sociedad se acerque al trabajo que hacemos, entienda por qué es importante estudiar el océano profundo y se maraville con la biodiversidad que aún nos queda por descubrir. El interés que despertó nos confirma que hay una gran necesidad y deseo de conectar con la ciencia de forma directa y accesible”.
El objetivo de la misión es explorar las profundidades del talud y el cañón submarino frente a Mar del Plata, uno de los ambientes más desconocidos y menos estudiados del mar argentino. “Esperábamos encontrar una alta diversidad de especies adaptadas a la vida en las profundidades, y eso se está confirmando: ya hemos registrado decenas de organismos poco conocidos e incluso especies que podrían ser nuevas para la ciencia”, destaca el biólogo. También se detectaron comunidades que viven sobre corales y esponjas de aguas profundas, que “cumplen un rol fundamental como hábitats estructurales”.
Pero no todo fue biodiversidad deslumbrante. También, basura. “Uno de los hallazgos más preocupantes fue la presencia de basura a más de 1000 metros de profundidad, como bolsas de plástico y algunos artes de pesca. Esto confirma que el impacto humano alcanza incluso los ambientes más remotos y vulnerables del océano”, advierte el investigador. “La basura en el fondo marino no solo altera el ecosistema, sino que también puede afectar a especies sensibles y de crecimiento muy lento. Este tipo de hallazgos refuerza la necesidad urgente de mejorar la gestión de residuos y proteger los fondos marinos del Atlántico Sur”.
SHHH que empezó mi programa favorito!!!! pic.twitter.com/4TlfVdpWsb
— GEPPA-IBIOMAR (@geppaibiomar) July 28, 2025
Con la evidencia transmitida en vivo y en directo, se vuelve palpable la importancia de la expedición y la necesidad de actuar. Todo esto, en un contexto de desfinanciamiento, vaciamiento y ninguneo de los principales espacios e institutos de ciencia en el país.
“El trabajo científico en Argentina, particularmente en áreas como la investigación marina profunda, no está exento del contexto desafiante que hoy atraviesa el sistema de ciencia y tecnología nacional. La disminución de recursos disponibles, tanto para instituciones como para proyectos específicos, genera dificultades concretas en el desarrollo sostenido de investigaciones, en la formación de nuevos investigadores y en el mantenimiento de capacidades instaladas”, plantea Brogger.
“A pesar de estas limitaciones, la comunidad científica continúa trabajando con gran compromiso y creatividad, buscando alianzas estratégicas, colaboraciones internacionales y optimizando al máximo los recursos disponibles. Expediciones como Talud Continental IV son posibles gracias a ese esfuerzo colectivo, y también al apoyo de instituciones como el Schmidt Ocean Institute, que permite potenciar el trabajo de los equipos nacionales y visibilizar el valor de la ciencia argentina en el contexto global”, remarca y añade: “Esta situación también refuerza la importancia de contar con políticas públicas estables y de largo plazo para la ciencia, que garanticen la continuidad de investigaciones fundamentales para el conocimiento, la conservación y el desarrollo sostenible del país”.
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