CUT Brasil denunció espionaje ilegal a sindicalistas del sector eléctrico durante el gobierno de Bolsonaro
Dirigentes subrayan que el verdadero motivo del espionaje habría sido frenar el activismo sindical que visibilizó los riesgos de la privatización
La Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT) denunció públicamente las acciones de espionaje ilegal llevadas adelante por la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Según reveló la Policía Federal, una estructura paralela de inteligencia operó bajo el mando de Alexandre Ramagem —entonces director de la Abin y hoy diputado federal—, monitoreando a sindicalistas y trabajadores del sector eléctrico que se oponían a la privatización de Eletrobras.
Entre los espiados figuran los dirigentes Edvaldo Risso y Pedro Brito, así como los trabajadores Felipe Araújo, Leonardo Pessoa, Victor Costa y Caio Brasil Neto, todos vinculados a la empresa Furnas. De acuerdo con los informes de la “Abin paralela”, los sindicalistas fueron identificados como opositores al proceso de privatización y calificados despectivamente como “más rojos que la sangre”.
Felipe Araújo, ingeniero de Furnas y director de negociación del Sindicato de Ingenieros de Río de Janeiro, cuestionó la gravedad del hecho: “Tenían la empresa y el gobierno en sus manos, e incluso la Agencia de Inteligencia Brasileña nos espiaba. Y, sin embargo, nosotros, trabajadores organizados, logramos igualar nuestras fuerzas y casi evitamos la entrega de este patrimonio”. Para Araújo, el caso demuestra la necesidad de fortalecer la organización sindical como un actor central en defensa de la soberanía nacional.
Victor Costa, también espiado, y actual director del Sindicato de Electricistas de Río de Janeiro (Sinergia-RJ), calificó el hecho como “una violación inadmisible en un Estado democrático de derecho”. Según manifestó, “el espionaje nos causó gran sorpresa, decepción e indignación”. Costa expresó que los dirigentes ya han activado acciones legales para exigir justicia y reparación. “No podemos normalizar la ilegalidad. Esto fue una invasión de la privacidad muy grave, que debe ser sancionada”, declaró.
Ambos dirigentes también criticaron la venta de Eletrobras en 2022, que se concretó por debajo de su valor de mercado y dejó al gobierno sin poder de veto en el Consejo de Administración. “Bolsonaro entregó gran parte de la soberanía energética del país”, denunció Araújo.
Por su parte, Costa subrayó que el verdadero motivo del espionaje habría sido frenar el activismo sindical que visibilizó los riesgos de la privatización: “Solo puedo entender que lo que les molestó fue que pusimos obstáculos en su camino, y no pudieron hacerlo en silencio”.
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